Southwestern Indiana's Catholic Community Newspaper
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Arzobispo Winski:

By Por Pedro Méndez
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Arzobispo de Miami Thomas Wenski

 

El evento en Español de la Celebración Respeto a la Vida fue muy fructífero. Antes del evento, se celebró la Santa Eucaristía y se compartió una cena. La Misa fue precedida por el Obispo Charles Thompson y concelebrada por el Arzobispo de Miami Thomas Wenski, y los sacerdotes Padre Gene Heerdink, Padre Noel Muellen, Padre Bernie Etienne, y el Padre José Carmelo de una de las diócesis vecinas. Feligreses Hispanos de nuestra diócesis y de otras diócesis asistieron al evento.

El tema central, ofrecido por el Arzobispo Wenski, fue Inmigración y Tráfico Humano. El Arzobispo Wenski hizo eco de la Doctrina Social de la Iglesia Católica, de las palabras del Papa Francisco en su visita a los EEUU y del llamado que los feligreses tienen con respecto al extraño.

El Arzobispo recordó la importancia de conocer la Doctrina Social de la Iglesia. Él afirmó que toda ésta doctrina se puede resumir de la siguiente manera: “Ningún ser humano es un problema.” El afirmó que “cualquier antropología que mira al ser humano como un problema es errónea…Cuando se mira al ser humano como un problema, se está atentando contra su propia dignidad…una dignidad dada por Dios mismo. Por ello es necesaria una ética positiva y coherente de vida. El ser humano debe ser tratado con respeto, aun cuando es castigado por algún delito.” 

El Arzobispo Wenski recordó las palabras del Papa Francisco al Congreso de EEUU: “la regla de oro [Mt 7:12 ‘en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes’] protege y defiende la vida humana en cada etapa de su desarrollo.”

El Arzobispo también enfatizo que “los indocumentados nos son un problema, el problema es el sistema migratorio que está quebrantado… [Por ello], los Obispos de EEUU junto con otras organizaciones seculares apoyan la reforma migratoria.” La ley, el afirmó “está diseñada para el beneficio y no para el daño de la humanidad.” El también llamó a los feligreses Católicos a “asegurarnos que los recién llegados, víctimas del tráfico humano, sean y se sientan bienvenidos en nuestra parroquias—la casa del Padre; y a ser luz para que el mundo vea “que es un mundo reconciliado.”        

Finalmente afirmó que la “diversidad no divide a la parroquia, la diversidad la enriquece.”

Luego de la exposición del tema, el Arzobispo Wenski respondió preguntas de algunos feligreses Hispanos.

Pedro Méndez, M.A., es Coordinador del Ministerio Hispano de la Diócesis de Evansville.




Obispo Charles C. Thompson

Misa de la Celebracion Respeto a la Vida


Misa de la Celebración Respeto a la Vida                                    Miércoles 7 de Octubre: Jonás 4: 1-11

Parroquia Nativity (Evansville)                                               (Español)                          Lucas 11: 1-4

Octubre 2015

Jueves, 08 de Octubre: Malaquías 3: 13-20

(Inglés)                                     Lucas 11: 5-13

El tema nacional, para éste año, del Programa Respeto a la Vida, Cada Vida Merece Vivir, tiene el propósito de destacar la dignidad de cada persona y el carácter sagrado de toda vida. Somos muy afortunados al tener con nosotros al Arzobispo Wenski de Miami para hablar, específicamente, sobre la inmigración y el tráfico humano dentro del marco de la Doctrina Social de la Iglesia. Ciertamente, dentro de éste marco, la Iglesia proclama que cada vida merece vivir y ser defendida. ¡Cada vida cuenta!

La doctrina social Católica, fundamentada en la Sagrada Escritura y la Tradición, es muy clara en la convicción de que cada vida humana es sagrada desde el mismo momento de la concepción hasta la muerte natural. Como Jesús nos recuerda en su enseñanza sobre El Juicio de las Naciones (cf. Mateo 25: 31-46), un auténtico discipulado Cristiano exige que no demos ninguna vida por hecho. La credibilidad de nuestro testimonio de Jesucristo implica nuestra decisión de no permitir que ninguna persona, ninguna vida humana caiga en el olvido. Jesús afirma; "Cuanto hiciste o cuanto dejaste de hacer a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hiciste o también conmigo dejaste de hacerlo "(Mt 25:40, 45). Por lo tanto, estamos obligados por la justicia y la caridad. Éste es el caso ya sea que estemos considerando la situación del niño que aún no ha nacido, el inmigrante, la persona sin hogar, el desempleado, el abatido, la viuda, el huérfano, el enfermo, el adicto, el encarcelado, la persona difícil, el anciano o el moribundo.

En su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, ("La Alegría del Evangelio"), el Papa

Francisco nos recuerda que no sólo es el odio y la violencia que debemos superar, pero también

"la indiferencia y el relativismo extendidos ampliamente y ligados a la desilusión y a la crisis de ideologías." Y añade que "en una cultura en la que cada persona quiere ser portador de su verdad subjetiva, se hace difícil, para los ciudadanos, crear un plan común que trascienda las ganancias y ambiciones personales " (EV, # 62).

En su Carta Encíclica, Laudato Si ', "Sobre el Cuidado de la Casa Común," el Papa Francisco subraya el hecho que las cuatro relaciones básicas de cada y toda persona—con Dios, con los demás, con la creación y consigo mismo—están interrelacionadas. Ninguna de estas relaciones puede auténticamente existir en un tipo de vacío debido al aislamiento de las otras relaciones. Él nos recuerda que nuestro testimonio Cristiano debe de surgir de un corazón agradecido arraigado en el conocimiento de que todo es un regalo de Dios.

Uno de los mayores apuros debajo de este sentido de la dignidad humana y lo sagrado de la vida, es el flagelo de la pobreza. Esto es ciertamente verdad para muchos inmigrantes y víctimas del tráfico humano, como el Arzobispo Wenski lo hablará con nosotros más tarde. La pobreza adquiere varias formas relacionadas entre sí –emocionales, materiales, psicológicas y espirituales—que conducen a medios de salvación para algunos y a una causa de desesperación para otros. Mientras hay algunas personas que eligen una vida particular de pobreza, viviendo en sencillez y en humildad, muchos otros parecen ser empujados o encarcelados en un círculo vicioso de pobreza que hace a la existencia humana aparentemente vacía de significado, propósito o esperanza. Esto es particularmente alarmante en relación con la pobreza multigeneracional

Hay maneras de expresar estas preocupaciones. De hecho, hay un amplio abanico de medios para promover y defender el carácter sagrado de la vida y la dignidad de la humanidad. En la Carta Pastoral de los Obispos de Indiana La Pobreza en la Encrucijada: La Respuesta de la Iglesia a la Pobreza en Indiana, publicada el 18 de Febrero (Miércoles de Ceniza) de este año, nosotros indicamos cuatro componentes claves fundamentales para ponerle fin al ciclo de la pobreza—la vida familiar, el empleo, la educación y el cuidado de la salud. Al reunirnos para celebrar el programa de esta noche, el Sínodo sobre la Familia está en marcha en Roma. La noción de familia es particularmente oportuna para nuestra comprensión del valor, la dignidad de cada y toda vida humana. En la Exhortación Apostólica Alegría del Evangelio, el Papa Francisco afirma que "la familia es la célula fundamental de la sociedad, donde se aprende a vivir con los demás a pesar de nuestras diferencias y a pertenecer el uno al otro;  la familia también es el lugar donde los padres transmiten la fe a sus hijos. "(EV,# 66)

La oración, el estudio, la reflexión, el diálogo y el compromiso activo con la cultura y la sociedad son los medios por los cuales nosotros hacemos una diferencia en la vida de los demás, especialmente en favor de los pobres y vulnerables. En nuestro pasaje del Evangelio de la Lucas, Jesús recalca a sus discípulos el valor indispensable de la oración y la necesidad de ser persistente en la oración. Al declarar el próximo Año Jubilar de la Misericordia, el Papa Francisco ha mencionado que nuestro mundo está en gran necesidad de experimentar misericordia. Apuntando que Jesucristo es el rostro mismo de la misericordia divina, nuestro Santo Padre ha hecho claro que nadie está excluido del llamado a la misericordia... sea como recipiente o instrumento de misericordia. Usando la fórmula proporcionada por la carta pastoral de los Obispos de Indiana sobre La Pobreza, VEAMOS, JUZGUEMOS y ACTUEMOS con los ojos, los oídos, el corazón, la mente, la voz y la convicción personal de la misericordia de Dios para cada persona y con toda criatura. Cada vida importa. Cada vida merece vivir. Este es el corazón de la alegría del Evangelio, la Buena Nueva de la Salvación, el núcleo del Misterio Pascual, el mensaje de Jesucristo.