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Misa Para La Fortnight For Religious Freedom

By Obispo Charles C. Thompson
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Obispo Charles C. Thompson

Al embarcarnos en la Quincena por la Libertad (Fortnight for Freedom) de este año, el 5to de este tipo, me acuerdo del “Discurso ante el Pleno del Congreso” por el Papa Francisco en la capital de nuestro país el 24 de Septiembre de 2015. Prácticamente todos los ojos y los oídos de nuestro país estaban en este evento durante la visita papal del Santo Padre a los Estados Unidos con motivo de la 8vo Encuentro Mundial de las Familias celebrado en Filadelfia. Durante su intervención, el Papa Francisco reflexionó sobre la Regla de Oro, como se indica en el pasaje de hoy del Evangelio de Mateo; "Trata a los demás como te gustaría que los demás te trataran a ti"(Mt 7:12).

En su discurso en el congreso, el Santo Padre comentó: "Esta Regla nos muestra una dirección clara. Tratemos a los demás con la misma pasión y compasión con la que queremos ser tratados. Busquemos para los demás las mismas posibilidades que buscamos para nosotros mismos. Ayudemos a los demás a crecer, como nos gustaría a nosotros ser ayudados a crecer. En una palabra, si queremos seguridad, demos seguridad; si queremos vida, demos vida; si queremos oportunidades, proveamos oportunidades. El criterio que utilizamos para los demás será utilizado  para nosotros. La Regla de Oro siempre nos recuerda de nuestra responsabilidad de proteger y defender la vida humana en todas las etapas de su desarrollo.”  Además, al referirse al presidente Abraham Lincoln como “el guardián de la libertad,” el Papa Francisco destacó la necesidad de "proteger la libertad religiosa," junto a otras libertades. Él manifestó: "Es importante que hoy, como en el pasado, la voz de la fe continúe ser escuchada, porque es una voz de fraternidad y amor que trata de llevar a cabo lo mejor de cada persona y cada sociedad." En su comentarios finales, señaló: "Una nación puede considerarse grande cuando se defiende la libertad como Lincoln lo hizo; cuando fomenta una cultura que le permite a la gente "soñar" en los derechos plenos de todos sus hermanos y hermanas, como Martin Luther King trató de hacerlo; cuando se esfuerza por la justicia y la causa de los oprimidos, como Dorothy Day lo hizo con su incansable labor; cuando el fruto de una fe se convierte en diálogo y siembra la paz al estilo contemplativo de Thomas Merton ".

El tema de la Quincena por la Libertad para este año, Testigos para la Libertad, destaca el testimonio de los mártires y otros que permanecieron fieles en medio de la persecución debido al poder político. Durante estos días de nuestra Quincena por la Libertad, del 21 de Junio al 4 de Julio, la Iglesia celebra estos grandes mártires como San Juan Fisher, Santo Tomás Moro, San Juan el Bautista, San Pedro y San Pablo, y los Primeros Mártires de la Iglesia de Roma. En nuestros tiempos actuales, un número de personas, cristianos y no-Cristianos, son perseguidos e incluso asesinados como algún tipo de limpieza religiosa o actos de genocidio. Si bien hay, aparentemente, un mayor empuje para disminuir o excluir la influencia de la religión institucional de varios aspectos de la sociedad, también hay horrendos actos que se llevan a cabo en nombre de la religión. Ambos extremos son perjudiciales para la religión y la humanidad. Los grandes mártires que recordamos durante estos días de nuestro Quincena apuntan a una respuesta Cristiana que se encuentra entre aquellos dos extremos; es decir, una respuesta basada en la fe, la esperanza y la caridad, y marcada por el valor, la humildad y la generosidad. Hombres y mujeres de fe alrededor del mundo han sido testigos de la auténtica libertad en Cristo, a pesar de las tremendas persecuciones e injusticias, soportando grandes dificultades e incluso la muerte.

Los Estados Unidos, desde sus inicios humildes como nación, ha sido un modelo de libertad religiosa para todo el mundo—tanto para admirar, como para beneficiarse. El debilitamiento de la libertad religiosa en los Estados Unidos necesariamente tiene consecuencias para toda la humanidad. Como el Papa Francisco nos recuerda en su más reciente Exhortación Apostólica Amoris Laetitia ( "La Alegría del Amor"), la auténtica fe busca "comprender, perdonar, acompañar, esperar, y sobre todo integrar" (AL # 312). Los grandes mártires de nuestra Iglesia voluntariamente dieron su vida en testimonio a este tipo de fe. Incluso en nuestros días, hombres y mujeres de fe están dando un testimonio extraordinario de virtud heroica en medio de grandes obstáculos para la libertad religiosa.

Uno de los principios iniciados por nuestra nación es el de la libertad religiosa como un derecho humano fundamental. Es nuestro deber garantizar que este derecho básico, que incluye tanto el culto y como el servicio, no se reduzca a ser un mero privilegio limitado por todo tipo de condiciones sofocantes y limitaciones no razonables. Laauténtica libertad religiosa tiende a la conciencia y al alma misma de la humanidad, la cultura, a sociedad o la nación. Como tal, la dignidad de la vida y la santidad de cada persona deben siempre ser preservadas. Los actos de servicio son una parte integral de ser testigos del Evangelio.

Una vez más, nuestra Quincena por la Libertad, como es coordinado y animado por la Conferencia de los Obispos Católicos de Estados Unidos, es un llamado a catorce días de oración, educación y acción por la libertad religiosa en los Estados Unidos y en el extranjero. En medio de las diversas paradojas que existen en nuestra nación y el mundo, las personas de fe deben permanecer unidos en un sentido de misión y comunidad. Mientras que pueda ser que nuestras vidas no sean requeridas, como tantos mártires a través de la historia que murieron por la causa de la libertad religiosa, el sacrificio es un elemento necesario del auténtico testimonio de fe. Esto es particularmente cierto para el discipulado de Cristo, a medida que tratamos de vivir y servir en el camino de Jesucristo. Es a través de Su pasión, muerte y resurrección que somossalvados. Es por medio de la cruz que somos liberados de las consecuencias del pecado y la muerte. Es en Su nombre, unidos como el Cuerpo de Cristo, superamos la opresión, la persecución y todas las formas de injusticia. A través de la gracia del bautismo, fortalecido por los Sacramentos de la Confirmación y la Eucaristía, tenemos lo que necesitamos para hacer la diferencia en la defensa de los principios de libertad religiosa para preservar todo lo que consideramos sagrado en nuestra nación y el mundo.  Cada uno de nosotros tiene voz. Cada voto cuenta. Cada uno tiene el derecho a ser escuchado. Y cada uno de nosotros tiene una responsabilidad de abogar por la libertad de la conciencia, permaneciendo como Testigos de la Libertad.