Praying For Peace
On several occasions during his brief pontificate, Pope Francis has called upon Catholics and all persons of faith to pray, fast and work for peace. He has spoken out numerous times about the atrocities of war, terrorism, abuse, human trafficking and other forms of violence. What is needed, the Holy Father has repeatedly reminded us, is mutual respect and dialogue. Such dialogue and mutual respect is rooted in the virtues of courage and humility. Such virtues stem from a heart and life of prayer.
On behalf of the United States Conference of Catholic Bishops, Bishop Richard Pates, Chairman of the Committee on International Justice and Peace, has asked that parishes of all dioceses throughout the United States pray a special prayer at the weekend Masses of August 16-17 as well as offer petitions for peace in the Middle East, especially Iraq, in the Prayers of the Faithful. The “special prayer” was written by the Catholic Patriarch of Iraq. In the meantime, Bishop Pates, on behalf of the USCCB, has written to National Security Advisor Susan Rice, asking that the U.S. do all it can to provide humanitarian assistance along with such groups as Catholic Relief Services.
In addition to encouraging full participation of our diocese in this special prayer and continued petitions for peace in the Middle East this upcoming weekend, I also take this opportunity to make a plea for continued prayers in all homes and churches for peace throughout the world. Those most impacted by the violence in the Middle East—including Iraq, Syria, Gaza—as well as in Ukraine, Central and South America have been innocent civilians, particularly women, children and the elderly. Also, we are encouraged to contact our elected representatives to express our concern for Christians and other religious minorities who are suffering great persecution in Iraq, Syria, Egypt and other countries. In some places, Christians and other religious minorities are being completely extinguished by killing, forced denial of their faith or expulsion.
Concern for human dignity and sacredness of life demands that we be especially attentive to the plight of the poor and vulnerable. Let us pray for conversion of heart, including our own, that courage and humility may prevail over hatred and cruelty. Violence only begets violence. Peace, leading to authentic healing and reconciliation, is only possible through a true commitment to dialogue and mutual respect.
Blessings in Christ,
Charles C. Thompson
Orando por la Paz
15 de agosto, 2014
En varias ocasiones durante su breve pontificado, Papa Francisco ha exhortado a los católicos y todas personas de fe a orar, ayunar y trabajar por la paz. Ha hablado muchas veces sobre las atrocidades de guerra, terrorismo, abuso, la trata de personas y otras formas de violencia. Lo que se necesita, el Santo Padre nos ha dicho repetidamente, es respeto mutual y diálogo. Este diálogo y respeto mutual tiene sus raíces en las virtudes de la valentía y la humildad. Estas virtudes vienen de un corazón y una vida de oración.
En nombre de la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos, Obispo Richard Pates, Presidente de la Comisión de Justicia y Paz Internacional, ha pedido que las parroquias por toda la diócesis por los EEUU oren una oración especial en las misas del fin de semana del 16 de agosto—17 de agosto además de ofrecer peticiones para la paz en el Medio Oriente, especialmente en Iraq, en las Oraciones de los Fieles. La “oración especial” fue escrita por el Patriarca Católico en Iraq. Mientras tanto, Obispo Pates, en nombre de la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos, ha escrito a la Asesora de Seguridad Nacional, Susan Rice, pidiendo que los EEUU haga todo lo que pueda para proveer asistencia humanitaria junto con grupos como Servicios Católicos de Alivio.
Además de fomentar la participación total de nuestra diócesis en esta oración especial y la continuación de peticiones para la paz en el Medio Oeste este fin de semana, también aprovecho esta oportunidad para hacer una petición para la continuación de oraciones en todas casas e iglesias para la paz por todo el mundo. Ellos que han sido los más afectados por la violencia en el Medio Oeste—incluyendo Iraq, Siria y Gaza—también en Ucrania, Centroamérica y Sudamérica, han sido civiles inocentes, particularmente mujeres, niños y viejos. También, se nos anima a contactarles a nuestros representados electos para expresar nuestra preocupación por los cristianos y otras minoridades religiosas quienes sufren gran persecución en Iraq, Siria, Egipto y otros países. En algunos lugares, se extinguen completamente los cristianos y personas de otras minoridades religiosas por medio del asesinato, la negación forzada de su fe o la expulsión.
La preocupación por la dignidad humana y la santidad de la vida humana exige que estemos especialmente atentos a la difícil situación de los pobres y los vulnerables. Oremos por la conversión de corazón, incluyendo de los nuestros, que la valentía y la humildad prevalezcan sobre el odio y la crueldad. La violencia simplemente engendra más violencia. La paz, que dirige a la curación y reconciliación autentica, solamente es posible por un verdadero compromiso con el diálogo y el respeto mutual.
Bendiciones en Cristo,
Charles C. Thompson
Obispo de Evansville
Bishop of Evansville
