Southwestern Indiana's Catholic Community Newspaper
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Como Cada Persona, Cada Voto Cuenta

By Bishop Charles C. Thompson
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BISHOP CHARLES C. THOMPSON

Se acerca El Día de las Elecciones. Aunque es un derecho increíble y una responsabilidad tremenda de la ciudadanía en nuestro país, se espera que el número de votantes sea bajo el Martes 8 de Noviembre. Debo de admitir, especialmente en términos de nuestros candidatos presidenciales, que es difícil entusiasmarse con las opciones para las próximas elecciones. Ninguno de los candidatos –o partidos, para el caso—se  alinea muy bien con la enseñanza Católica. Aun así, como Cristiano y ciudadano de los Estados Unidos, me siento obligado a participar en el proceso electoral.

 

Se ha dicho que el partido Republicano lucha firmemente por el derecho de las personas al nacer y luego las deja, básicamente, a valerse por sí mismas después del nacimiento; mientras que el partido Demócrata, básicamente, funciona bajo la premisa de cuidar sólo de aquellas personas que puedan llegar a nacer. Ciertamente, el comportamiento de los funcionarios elegidos en ambos lados deja mucho que desear. En lugar de hacer cualquier intento creíble hacia un diálogo auténtico, cada partido recurre a demonizar al otro. Este es ciertamente el caso en prácticamente toda la retórica de campaña de los candidatos actuales que compiten para ser el próximo presidente de los Estados Unidos.

 

Entonces, ¿Cómo elegimos al mejor candidato para un cargo público? Con más de 300.000 iglesias de varias denominaciones y tradiciones en los Estados Unidos, por no mencionar el número de mezquitas y templos, la religión juega un papel crucial en ayudar a las personas a navegar a través del proceso de discernimiento. Ha habido mucha conversación en torno a la comprensión de la exención de impuestos para las iglesias, mezquitas y templos, previniendo a los ministros o grupos religiosos de abogar directamente por un candidato y/o partido en particular. Algunos acusan a los ministros y/o iglesias de ocultarse detrás del argumento de la exención de impuestos. Otros quieren que la exención de impuestos sea retirada por completo. Aunque no puedo hablar por otras religiones, ya sean Cristianas o no Cristianas, es mi responsabilidad explicar la posición Católica.

 

Como ya he mencionado anteriormente, no hay candidato o partido que se alinee directamente con la doctrina Católica. Esto incluye, incluso, a aquellos políticos que se describen a sí mismos como Católicos, especialmente aquellos que, por alguna manera, justifican separar sus posiciones públicas de sus supuestos principios de vida privada. Una premisa básica de la enseñanza Católica es que nuestra fe, si es auténtica, debe necesariamente ser realizada en nuestras palabras y acciones. La fe Católica de una persona no puede ser relegada meramente a la Misa dominical o al culto aparte del servicio. Por lo tanto, independientemente de si existe o no la exención de impuestos, necesitamos, proverbialmente,  "mantener los ojos abiertos." Esto significa que debemos permanecer comprometidos al enfocarnos en los aspectos en lugar de un candidato o un partido político en particular. Hacer lo contrario es arriesgar perder de vista el panorama más grande en cualquier carrera política o situación en particular. Hay veces, por supuesto, nos vemos obligados a elegir el menor de los males. Tales ocasiones, sin embargo, no deben causar que abandonemos nuestros principios fundamentales de la fe. No debemos sacrificar nuestras enseñanzas y creencias Católicas por ningún candidato o partido en particular.

 

Aquí vale la pena el recuento de los principios claves de la doctrina social Católica, la que se debería tener en mente en el proceso de discernimiento para cualquier elección dada. Los siete principios fundamentales son los siguientes: (1) La Vida y la Dignidad de la Persona Humana (desde el momento de la concepción hasta la muerte natural); (2) El Llamado a la Familia, a la Comunidad y a la Participación (la persona no sólo es sagrada sino que también social); (3) Derechos y Responsabilidades (las personas tienen derechos fundamentales y deberes correspondientes); (4) La Opción por los Pobres y Vulnerables (Mateo 25: 31-46); (5) La Dignidad del Trabajo y el Derecho de los Trabajadores (la economía debe servir a la gente y no al revés); (6) La Solidaridad (somos una sola familia humana, hermanos y hermanas, en búsqueda de la justicia y la paz); y (7) el Cuidado de la Creación de Dios (como administradores de la creación, hay que mantener un respeto fundamental por el Creador en el cuidado de la tierra). Estos son los siete principios básicos que deben guiar el proceso de discernimiento para todos y cada Católico. Estos no están destinados a ser simplemente creencias privadas, sino que también principios que gobiernen nuestras vidas en todos los ámbitos—político, económico y social—de la vida.

 

Más cerca de casa, aquí en nuestro propio país, la Conferencia Estadounidense de los Obispos Católicos proporciona un documento especial para ayudar en el proceso de discernimiento para las elecciones. El documento, titulado "Formando la Conciencia para Ser Ciudadanos Fieles; Llamado de los Obispos de Estados Unidos a la Responsabilidad Política," fue publicado por primera vez en 2007. Es un documento bastante básico, de fácil lectura y de fácil acceso para todos. Para obtener una copia de este documento y/u otros recursos relacionados, por favor consulte el sitio web de la USCCB o vaya a www.faithfulcitizenship.org. Estos recursos están disponibles en Inglés y en Español.

 

"Formando la Conciencia para Ser Ciudadanos Fieles" esboza las preocupaciones particulares que los votantes deben de tener en consideración. Estas preocupaciones incluyen problemas relacionados con la vida humana (por ejemplo, el aborto, la eutanasia, el suicidio asistido, el racismo, la destrucción de embriones humanos para la clonación, el genocidio y la tortura), la vida familiar (incluyendo el matrimonio y los niños), la justicia social (por ejemplo, salarios justos, la discriminación, los derechos de los trabajadores, la salud, la vivienda, la asistencia social, la educación, la agricultura sostenible, el sistema de justicia criminal y el cuidado de la tierra) y la solidaridad mundial (especialmente con respecto a la libertad religiosa, los derechos humanos, mencionando diversas formas de injusticia, la conciliación de conflictos, el alivio de la pobreza y la construcción de la paz). En particular, a la hora de decidir cómo emitir nuestro voto, debemos de considerar la postura de un candidato en los temas de la protección de los niños no nacidos, la defensa de la institución central del matrimonio, el logro de una reforma migratoria integral, la ayuda a las familias y a los niños a superar la pobreza, la prestación de asistencia médica asequible , abordando las diversas formas de discriminación, y la búsqueda del bien común en la búsqueda de la paz, la protección de los derechos humanos, la protección de la libertad religiosa, el avance de la justicia económica y el abrazar el cuidado adecuado por la creación. Todos los temas no tienen el mismo peso, por supuesto, pero ningún individuo o grupo debe imponer su agenda a otro individuo o grupo.

 

No hay que tomar nuestra participación en el proceso político a la ligera, y ciertamente no podemos permanecer indiferentes a lo que está sucediendo en nuestro país y en el mundo. Como se dijo anteriormente, es el derecho y la obligación de todas y cada una de las personas participar en el proceso. Si uno no es parte de la solución, uno simplemente sigue siendo parte del problema. Al igual que cada persona, cada voto cuenta. Como cristianos y ciudadanos responsables, especialmente como Católicos, como el documento de los Obispos de Estados Unidos enfatiza, debemos familiarizarnos con los temas claves en juego en cualquier elección. Por otra parte, hay que sopesar estas cuestiones a la luz de los principios claves de la doctrina social Católica. ¿Cuál es la posición de los candidatos en las cuestiones relacionadas con estos principios? Que tan adverso es determinado candidato a una preocupación o principio particular? Si es difícil determinar una buena elección entre los candidatos, ¿Quién podría ser el de menos preocupación? El proceso de discernimiento para la votación no es simple y fácil. Sin embargo, es importante ser votantes informados.

 

Tomemos tiempo para estudiar los temas, familiarizarnos con las posiciones de los candidatos, orar por la guía del Espíritu Santo y emitir nuestro voto cuando llegue el momento de ponerse de pie y ser contados. Dios bendiga a nuestro país y todas las naciones del mundo.